Una vez finalizado el campeonato del Mundo y cuando los ánimos están ya reposados después de tantas emociones, intentaré hacer un resumen de lo que en mi opinión ha sido lo más destacable de un mundial que creo, esta vez sí, nos ha colocado en la lanzadera hacia el camino que nuestro deporte lleva buscando infructuosamente desde hace mucho tiempo.
La brillantísima organización del campeonato por parte de la Federación Francesa de Karate (FFKAMA), así como la campaña de promoción ( The K is on the way) que se ha venido realizando a lo largo de este año por parte de la Federación Mundial (WKF) y que ha tenido como punto álgido este magnífico escaparate en París, a buen seguro han dado un impulso decisivo en la carrera que el karate como deporte ha emprendido en pos del olimpismo.
La vigésimoprimera edición del torneo mundialista puedo decir sin temor a equivocarme que ha sido la mejor de todas las realizadas hasta la fecha. Todo un espectáculo en el más amplio sentido de la palabra el que pudimos disfrutar en el complejo deportivo de Bercy. Durante las cinco jornadas que duró la competición el público que asistió masivamente pudo disfrutar de un evento deportivo del más alto nivel, al que se adhirió sin hacer perder el protagonismo a lo realmente importante que era la competición, la música en vivo o la introducción del speaker como maestro de ceremonias, aunque en éste caso a pesar de que la idea me parece extraordinaria, la manera de llevarla a cabo es cuando menos discutible. No me parece de recibo algunas actitudes de dicho speaker que pasó por alto que en ese magnífico recinto además de franceses había espectadores y deportistas de más de cien países.
Entiendo y comparto la intención de la organización de realizar un espectáculo donde el público se hiciera participe de la fiesta, pero a la fiesta acudimos muchos que no éramos franceses y hubo momentos en que se hizo no sólo incómoda la situación sino bastante reprobable. Ya se hacía complicado digerir cuando se anunciaba a bombo y platillo la presencia de algún competidor galo en competición con este señor alentando a las masas a animarles, sino que tuvimos que "tragar" con que se coreara por iniciativa suya los diez últimos segundos en los combates en los que sus compatriotas llevaban el marcador favorable, algo desde mi punto de vista totalmente fuera de lugar.
Dejando a un lado el aspecto organizativo intentaré desglosar lo que considero más destacado del campeonato, siempre bajo mi punto de vista intentando limitar la subjetividad del observador en la medida de lo posible.
FRANCIA: La contundente victoria de los galos en el medallero es el reflejo de un metódico trabajo que ha realizado la Federación francesa en los últimos dos años. Una concienzuda planificación cimentada en las periódicas concentraciones efectuadas por el staff técnico con un amplio grupo de trabajo, al que luego se le daba continuidad en competición con la presencia masiva del equipo nacional en los eventos de la Golden o la Premier League, a los que han acudido regularmente con hasta tres y cuatro deportistas por categoría. Una inversión cuantitativa y cualitativamente muy grande por parte de la Federación Francesa que ha desembocado en este gran éxito de un equipo nacional que pasó por un gran bache generacional con la retirada de muchas de sus figuras a mediados de la década pasada.
Dicho esto y sin pretender restar mérito al excelente trabajo de nuestros vecinos sí que tengo que decir que los resultado están algo inflados con respecto a lo que considero debiera haber sido en otras circunstancias y con otro entorno menos proclive a sus intereses.
La presión ambiental ejercida por el público impulsada como decíamos antes desde la propia organización, fueron creando un clima propicio para sus intereses que desembocaron en decisiones arbitrales en muchos casos dudosas o cuando menos discutibles. En un nivel de élite como es un campeonato del mundo la igualdad es máxima, cualquier detalle puede decantar la balanza, pero cuando ésta se inclina siempre hacia el mismo lado se va creando una atmósfera de desconfianza y de inseguridad entre los rivales que se oponían a los franceses, que a medida que avanzaba el campeonato salían cada vez más condicionados y mediatizados, a sabiendas de que o eres muy superior o se hace tarea imposible derrotar a cualquier representante del equipo galo.
Inversamente a este planteamiento los competidores franceses fueron creciendo paulatinamente a lo largo del torneo con la confianza que da el sentir que se les premiaba sus iniciativas y por supuesto su buen trabajo y su gran motivación, para terminar el campeonato de manera apoteósica ante sus acomplejados y dubitativos rivales. Prueba de ello fue la decepcionante final masculina de kumite en la que se pudo ver a un equipo turco que siendo muy superior al francés, no estuvo a la altura de lo que se esperaba de ellos. Pocas veces hemos visto a competidores como Sahintekin o e Erkan hacer combates tan pasivos y faltos de acciones.
Dentro del enorme éxito de los franceses hay que hacer mención especial al equipo femenino de kumite, de los cinco pesos del programa vencieron en nada menos que cuatro, además de un bronce. Alexandra Recchia (-50 kg), Lucie Ignace (-55 kg), Lolita Dona (-61 kg) y Nadege Ait Ibrahim (+68 kg) hicieron que al son de la Marsellesa disfrutara el público francés asistente. Tiffany Fanjat "sólo" pudo ser bronce en -68 kg.
Como colofón a éste hecho sin parangón en la historia de los mundiales, en la modalidad de equipos las Recchia, Dona, Fanjat y Emilie Thouy también dieron a su país la gloria del triunfo a pesar de que estuvieron contra las cuerdas contra Turquía en octavos y China en semis. Con éste título las francesas se colocan con tres triunfos a la cabeza del ránking histórico deshaciendo el empate a dos que mantenían con turcas y españolas.
Como comentaba antes, nunca antes se vio un dominio tal en la modalidad de kumite, ni masculino ni femenino, algo que podría hacernos reflexionar seriamente sobre lo sucedido en la capital de Francia. Cierto es que las francesas son un gran conjunto pero no menos cierto que en muchos momentos del torneo se les llevó en volandas hacia el éxito, como muestra un botón y ahí está para el que quiera comprobarlo el combate de cuartos de final entre Lucie Ignace y la turca Tuba Yenen que escandalosamente fue descalificada en una controvertida decisión arbitral.
Otro de los datos destacados que apoyan mi tesis de lo sobrevalorado del resultado del equipo francés es la actuación de Minh Dack, un hombre que en su amplia trayectoria nunca ha estado presente en ninguna final ni europea ni por supuesto mundialista, teniendo que ser la cita parisina la que fuera testigo del 4 a 1 que le endosó en semifinales a un sorprendido Luca Valdesi, para colarse en la ronda final ante un Antonio Díaz que de no mostrarse tan superior, se hubiera visto en dificultades para derrotar al francés.
Es cierto que es de uso común el ver al país anfitrión teniendo actuaciones por encima de lo esperado, que el factor ambiental en muchos casos pueda ser decisivo en situaciones concretas o incluso que el arbitraje pueda verse influenciado por dicho ambiente, pero no es menos cierto que en esta ocasión ha sido más acusado que en ocasiones precedentes.
No es la primera vez que algo parecido sucede en el país vecino, allá por el lejano 1972 durante la celebración del segundo campeonato mundial, también en la ciudad de París, distintas delegaciones entre ellas la japonesa, abandonaron el torneo en señal de protesta por lo que consideraban un desagravio por parte del arbitraje en favor de los franceses. Este conflicto supuso la escisión de la Federación Mundial en un cisma del que se tardó un tiempo en recuperar el máximo organismo rector.
No quisiera restar mérito al excelente trabajo del equipo francés pero si destacar el sentir generalizado del resto de las delegaciones o espectadores que presenciamos desde las gradas este, repito, excelente campeonato del mundo.
EL MEJOR: En este apartado podría incluir no a uno sólo sino a varios, pero de entre ellos me decantaré por el turco Enes Erkan. Poco a poco ha ido consolidándose como uno de los mejores pesos pesados, pero hasta ahora ha tenido que vivir un poco a la sombra de la fama de Maniscalco o del más reciente dominio de Jonathan Horne. En este mundial ha firmado una actuación fantástica ganando su categoría con gran solvencia y liderando a su equipo hasta la final por segunda vez en su historia.
LA MEJOR: Sin duda alguna y destacando por encima del resto emerge la figura de la japonesa Rika Usami. Pasando por encima de sus rivales, en las que sólo la española Yaiza Martín pudo sacarle una bandera, consiguió por fin ese ansiado título que se le resistía en primera instancia en el 2008 en el que inexplicablemente tuvo que ver el mundial desde casa al ser seleccionada Wakabayashi en su lugar, y en la edición pasada en Belgrado en la que se quedó fuera de la final al caer derrotada por Nguyen. La nipona hizo las delicias de todos, incluido de un entendido público francés que acabó rendido a sus pies a pesar de que la última damnificada de la exhibición de Usami fuera su compatriota Sandy Scordo. Durante los últimos años ha sido considerada como la mejor exponente del kata mundial y llegó a París con la vitola de favorita, pero le faltaba refrendarlo con un triunfo que la coronara como campeona del mundo, triunfo que por fin llegó de forma brillante en el París Bercy ante los miles de espectadores que abarrotaron las gradas.
LA SORPRESA: Cuando todo apuntaba hacia el quinto título consecutivo de Rafael Aghayev, se cruzó una vez más en su camino el italiano Luigi Busa. El italiano parece haber tomado la medida de Aghayev y por segunda vez en dos años le vuelve a vencer, esta vez tomándose la revancha de la final de Belgrado en la que el azerí se mostró muy superior. El combate entre ambos resultó decepcionante, un Aghayev muy temeroso de su rival no estuvo al nivel que de él se esperaba dejando transcurrir el tiempo sin apenas elaborar acciones, mientras que Busa fiel a su estilo se dedicó calculadora en mano a buscar el hantei esperando los errores de su rival, como es su costumbre cuando se enfrenta a Aghayev no paró de sestear y evitar la presión del azerí anulándole su iniciativa ofensiva, para con varios zarpazos en las postrimerías del encuentro decantar la balanza a su favor por decisión arbitral.
Una lástima de final para un peso excepcional en el que hubo una competencia y un nivel difícilmente igualable, hombres como Yagci, Horuna o Matsuhisa que se eliminaron entre ellos hicieron méritos suficientes para haber estado en la final aunque al final fue Busa el que se llevó el gato al agua.
Volviendo a Aghayev hay que decir que pese a no estar al nivel de unos años atrás sigue siendo el mejor, no se puede hablar de declive ni mucho menos pero sí de que sus rivales ahora saben cómo hacerle daño, cada vez encuentra mayores dificultades para derrotarles, sus fracasos en los dos últimos europeos ante el propio Busa o Smaal son buena prueba de ello, lástima que la estrategia que han encontrado sus rivales para vencerle sea tan poco vistosa, salvo en el caso de Matsuhisa que en la eliminatoria de equipos contra Azerbayán demostró cómo se puede vencer a Aghayev siendo superior. Muy bien el japonés siendo uno de los mejores del campeonato.
LA DECEPCIÓN: En un torneo de este nivel es difícil catalogar de decepción la actuación de los deportistas habida cuenta del nivel altísimo de todos y de la igualdad imperante, en el que un sólo despiste te puede dejar en la cuneta. Uno de los nombres de los que se esperaba más es el del griego Giorgios Tzanos, tras el recital que diera en el europeo de Tenerife se presentó en París como uno de los outsiders al título. Desde un primer momento se vio que no andaba fino venciendo en sus dos primeros enfrentamientos con bastantes dificultades al cubano Hernández y al coreano Jang, rivales a priori de los que tendría que haberse desembarazado con mayor solvencia, en tercera ronda consigue entonarse un poco y derrota en un durísimo combate al egipcio keshta, derroche que probablemente le pasaría factura en el siguiente ya que el holandés Petersen le derrotaría por un contundente 5-0. La derrota por la mínima de Petersen ante el francés Grillon dejaría a Tzanos sin opción a repesca y por consiguiente al campeonato sin una de sus estrellas.
De quién también se esperaba algo más es del equipo de Azerbayán de kumite masculino, es cierto que la ausencia de uno de sus puntales Niyazi Aliyev mermó al equipo, pero la sensación general que transmitió el combinado capitaneado por Aghayev fue la de no estar "enchufado" desde el inicio, tras salvar in extremis las eliminatorias frente a Japón y a España cayó merecidamente ante el potente equipo de Alemania, dando la imagen de un equipo desangelado muy lejos del conjunto vistoso y luchador que fuese plata en Belgrado o que hiciese las delicias del público en el europeo de Tenerife.
EL RÉCORD: A sus nada menos que 46 años Damien Dovy, francés de nacimiento y de padre beninés, participó en su último campeonato del mundo representando al país donde lleva afincado desde el año 2002 Benin. Con dos títulos mundiales a sus espaldas y una trayectoria plagada de éxitos que le han llevado a ser uno de los mejores pesos ligeros de la historia, ha puesto fin a una brillante carrera deportiva en el país bajo cuya bandera defendió durante muchos años, Francia. Su primer título mundial en el año 1994 sería representando a nuestros vecinos, para repetir corona ocho años más tarde formando con el combinado del país africano y curiosamente venciendo en la final al también francés Cecil Boulesnane, campeón dos años antes en Munich.
Punto y final a una trayectoria ejemplar y despedida de uno de los más grandes exponentes de nuestro deporte, todo un ejemplo a seguir.
EL REINADO DE JAPÓN EN KATA: Dejando a un lado la actuación de Rika Usami ya comentada, me gustaría incidir en los equipos japoneses de kata. Yoko Kimura, Suzuka kashioka y Miku Morioka revalidaron el título que dos años antes había conseguido Japón con el equipo formado por Kimura y las en esta ocasión ausentes, Fumi Sakai y Kazuyo Inoue. Pese a estas ausencias insalvables para cualquier otro país, el equipo nipón a penas se ha resentido y se ha llevado el oro de manera brillante tras un torneo inmaculado. Su actuación en el torneo fue de menos a más, con una gran puesta en escena en todas sus intervenciones, tan sólo en la semifinal frente a España se mostraron en un tono un tanto menos excelso con el suparinpei que ejecutaron, consiguiendo las españolas arrancar la única bandera en contra de todo el torneo para las japonesas. Una vez en la final y con el kata kururunfa las japonesas pusieron en pie el París Bercy con un kata precioso y un bunkai vibrante, con el que no dieron opción alguna a un conjunto italiano que contra todo pronóstico se colara en la final tras quedar en el camino la otra gran favorita Vietnam, apeada del camino hacia el oro por el equipo francés, en otra polémica decisión arbitral favorable al equipo de casa.
En cuanto al equipo masculino decir que por fin Japón recupera el trono en la modalidad grupal, título que vienen buscando desde el año 2002 en Madrid en que los hermanos Hasegawa lo consiguieron por última vez. Tras un periplo que abarca cuatro mundiales en las que el dominio de los italianos ha sido casi absoluto, con el único impasse de la edición de Tokio 2008 en la que Francia se alzó con el triunfo, el equipo japonés se presentó en este campeonato con un joven conjunto que venía de conseguir el oro en el mundial universitario de Bratislava allá por el mes de julio causando sensación. Koji Arimoto, Takumi Sugino y Takato Soma solventaron sin dificultades sus eliminatorias frente a Turquía, Venezuela y Malasia hasta plantarse en la semifinal frente al conjunto local. El ambiente fue in crescendo a medida que se acercaba el momento y el público apretó de lo lindo, pero los alumnos del sensei Kagawa demostraron con la ejecución del kata Sochin ser muy superiores a un equipo francés que hizo temer a los presentes no franceses por el resultado, no ya por su prestación en el tatami sino por la presión ambiental que ejerció el Bercy. Finalmente los nipones accedieron a la gran final donde se medirían al equipo de referencia en la última década, Italia les esperaba para defender su título y por qué no decirlo su honor, frente a este pujante equipo oriental.
La esperada final no defraudó a nadie, los japoneses dieron un recital con la ejecución del kata Unsu y sobre todo con un bunkai que puso los pelos de punta a un público que terminó por rendirse ante su buen hacer.
Cuando parecía que los italianos no tenían nada que hacer, saltaron al tatami dando una lección de orgullo de equipo campeón y de coraje sobreponiéndose a la actuación previa de los nipones, sin duda con su precioso Gankaku y su bunkai de siempre plantaron cara y fueron dignos rivales, cediéndoles la corona a los nuevos campeones que les toman el relevo en el palmarés. Gran final la que se disputó en París, probablemente la de mayor calidad de las que se han disputado hasta la fecha.
NOMBRES PROPIOS
Alexandra Recchia: la pequeña francesa de -50 kg se erigió en la auténtica líder y alma del equipo. Durante todo el campeonato se mostró impresionante pasando por encima de todos sus rivales, destacar que en nada menos que dos ocasiones batió a la gran Serap Oscelik. Tanto en individual como en la decisiva eliminatoria de desempate en el Francia -Turquía de octavos de final, en la que ambas salieron a resolver para sus respectivos equipos, la francesa se impuso a la estrella turca con facilidad.
Muy completa en su trabajo, puntuando tanto en acciones ofensivas como contraofensivas o anticipadoras, con un nivel defensivo bastante importante y sobre todo saliendo de las situaciones comprometidas con mucha autoridad, Recchia sacó adelante todos sus combates consiguiendo la victoria ante un público entregado.
Amir Medizadeh: Fenomenal actuación la del iraní que consigue la cuarta medalla de oro para su país tras sus predecesores Amouzadeh, Rohuani y Modamivishkaei. La aparición internacional de Amir data de hace algunos años ya, en la final del Open de Estambul 2008 batió a su compatriota Houssain Rohuani siendo factor decisivo en la retirada de éste al vencerle en posteriores enfrentamientos en su país. Pese a éste y otros resultados relevantes Medizadeh no ha obtenido ningún premio importante en las citas mundialistas hasta llegar a la cita del 2012. En París el iraní demostró ser el mejor durante todo el campeonato haciendo gala de una seguridad en el tatami digna del título al que se hizo acreedor, con un porcentaje de acierto elevadísimo y dando muy pocas opciones a sus rivales en el plano táctico. Un dato destacable de la actuación de Medizadeh fue la utilización del gyaku tsuki chudan en sus combates con bastante frecuencia y sobre todo acierto, en una época donde la técnica chudan ha entrado en el olvido tanto por parte de los atletas como del arbitraje que sistemáticamente eleva el nivel de exigencia, en total contraste con lo que ocurre con la técnica jodan para la que se exige bastante menos.
En relación a este tema sí que tengo que señalar que he observado un ligero incremento cuantitativo en la técnica chudan tanto de pierna como de puño por parte de algunos países que lo están empezando a retomar como Francia y Japón, esperemos que esta tendencia tenga continuidad y sobre todo sea seguida por el resto de países, ya que esto convertiría el combate en más vistoso abriendo el abanico de posiblidades ofensivas y sobre todo limitando a aquellos competidores especuladores, que usan de la esquiva/agachada su mejor recurso defensivo a sabiendas de que la técnica chudan será obviada por parte del equipo arbitral.
Kenji Grillon: Todo lo que lleva apuntando Kenji desde sus inicios se vio refrendado en este mundial, derrotando sucesivamente al letón Ozervs, al qatarí Alzbaydi, al ruso Alilov, a Mamayev en un apretado combate y en semifinales al holandés Petersen, se plantó en la final frente al japonés Ryutaro Araga al que derrotó por 6 a 3 consiguiendo alzarse con el triunfo.
Grillon que partía como uno de los favoritos en su división de semipesados no defraudó a su público y lideró también a su equipo a la final, un equipo que en mi opinión no era de los mejores, pero que apoyados en él como valor seguro y al calor de su público fue asentándose ronda a ronda hasta alcanzar el séptimo título para el karate francés en la modalidad más prestigiosa del programa. En un combinado galo no excesivamente talentoso, Kenji junto a William Rolle destaca sobre los demás, aunque hasta este mundial nunca había conseguido ningún título de primer nivel.
Antonio Díaz: La deseada final entre el atleta criollo y su eterno rival Luca Valdesi se vio truncada cuando en una controvertida decisión, los jueces decidieron dar el pase a la ronda definitiva al competidor local Minh Dack. Díaz accedió a la final sin ceder ni una bandera en su contra, hito nunca antes conseguido desde que en el 2002 se instauró este sistema. Cierto es que tuvo una liguilla "cómoda" en la que se deshizo de rivales como el ruso Skovorodnikov, el iraní Haguigui, el checo Micek, el australiano Giuliano para plantarse en el pase a la final frente al japonés Ryosuke Kiyuna que con un buen Suparinpei no fue capaz de oponer resistencia al Chatanyara de Díaz, actuación en la que el venezolano no estuvo todo lo fino que de él cabía esperar, bajo mi punto de vista no es éste su mejor kata ni mucho menos y aunque ya no se empeña en realizarlo en las finales como antaño, aún lo guarda para momentos importantes como éste, teniendo, repito en mi criterio, katas con mayor empaque que el mencionado Chatanyara.
Una vez en la final y ante la ausencia de Valdesi, Díaz sabedor de su superioridad sólo tuvo que concentrarse en hacer "su" kata y abstraerse del ambiente favorable al competidor local para rendir con Suparinpei al nivel que nos tiene acostumbrados. Una vez más el excelente tokui kata del venezolano marca diferencias con sus rivales y en esta ocasión no pudo ser de otra manera, Dack que ejecutó el mismo ejercicio no pudo ante la mayor calidad, potencia y por qué no decirlo estatus de su rival. Rotundo resultado de 5 a 0 y segundo título de campeón que va a parar a la vitrina de Antonio Díaz, que en dos años intentará alcanzar la triple corona igualando a Sakumoto, Milon y Luca Valdesi.
En cuanto al italiano habrá que esperar a ver si continúa en activo o si el Gankaku que le vimos realizar junto a sus compañeros Maurino y Figuccio fue el de su despedida. Ojalá no sea así y podamos ver dos años más tarde la final que todos hubiéramos deseado en el Bercy.
DESTACADOS EN LA SOMBRA: Como en todos estos eventos de gran importancia se pueden observar relevos generacionales, declives de grandes atletas y la aparición en escena de nuevos talentos. En este último apartado hay que destacar la irrupción de algunos deportistas que apuntan muy buena proyección para convertirse en estrellas en un futuro cercano.
Al primero que quiero mencionar es a Stanislav Horuna, el ucraniano al que ya he nombrado en otras ocasiones ya no es una sorpresa y se codea con la élite de tú a tú, en éste mundial firmó un gran campeonato venciendo a rivales de la talla de Serkan Yagci para caer en cuartos de final frente al japonés Matsuhisa. Tuvo la mala fortuna de caer en el tatami de la muerte en el que se juntaron Yagci, Matsuhisa y él mismo, el que saliera vencedor de estas batallas debería enfrentarse con un Busa que venía de realizar combates relativamente más cómodos, por lo tanto con un menor desgaste físico y mental que éstos. El ucraniano lo tiene todo para triunfar pero se le está resistiendo un gran resultado que confirme todo lo que apunta desde hace tiempo, quizá ese momento llegue en el próximo europeo, yo le seguiré esperando.
En la categoría de -60 kg me llamó poderosamente la atención el coreano Ji Hwan Lee, esperaba con expectación su actuación en este mundial ya que lleva unas cuantas temporadas demostrando buenas maneras sobre todo en los campeonatos de Asia, en los que ha obtenido muy buenos resultados, como el primer puesto de este mismo año. El coreano demostró ser un hombre con un potencial físico impresionante, rapidísimo en sus acciones con una capacidad para generar situaciones puntuadoras muy buena. Su camino hacia la final se vio truncado con la derrota en semis ante Douglas Brose en un apretado hantei para luego perder también el bronce frente al egipcio Mohamed Aly.
A nivel grupal tengo que destacar el enorme avance que ha experimentado el karate chino, principalmente el femenino. En muy pocos años han ido asomando la cabeza y ya no es Li Hong la única que puede pelear las rondas finales, su equipo de kumite demostró un nivel excelente cediendo en semifinales ante las francesas a las que tuvieron contra las cuerdas.
El primer combate contra todo pronóstico se resolvió con un 8-0 que nadie esperaba a favor de las chinas, la damnificada, Emilie Thouy, por supuesto no pelearía luego la final.
En el segundo combate la china pone el marcador en franquicia y a falta de 15 segundos vencía por dos a cero, fue entonces cuando Lolita Dona se sacó de la chistera un ura mawashi que les salvó los muebles, dejando a su compañera Tiffany Fanjat la eliminatoria en sus manos, luego ésta no fallaría.
Ya en la lucha por el bronce las chinas caerían derrotadas ante el potente equipo turco, en esta ocasión no pudieron oponer la misma resistencia y las Burucu, Oscelik, Hocaoglu y Yenen les arrebataron el derecho a subir al podium. En definitiva, gran avance del kumite chino en categoría femenina demostrando una gran capacidad pateadora aunque aún un poco verdes en el apartado táctico, mucho cuidado con ellas en futuras citas.
En cuanto al karate africano ya hace tiempo que no es extraño verles peleando de tú a tú con los países dominadores, especialmente los egipcios que se han consolidado como una de las grandes potencias, hecho que quedó refrendado en los pasados campeonatos mundiales cadete y junior en los que arrasaron.
Junto ha ellos he podido observar un nivel excepcional en los países magrebíes, en especial en Marruecos, que se ha presentado en la cita mundialista con un equipo muy competitivo tanto en féminas como en hombres, a pesar de que el medallero no refleje este avance sí que lo plasmaron en el tatami con su buen hacer. Argelinos y tunecinos, en la misma línea de los anteriores, formaron con muy buenos conjuntos integrados por atletas muy bien dotados física, técnica y tácticamente.
En cuanto a la zona panamericana, me gustaría destacar la actuación del norteamericano Thomas Scott, en una división como la de -75kg en la que el nivel es impresionante. Thomas demostró poder codearse con la clase alta de su categoría derrotando a rivales reputados como el marroquí Nizar Halim por un rotundo 8-0 o al serbio Milos Jovanovic en octavos de final por 3-2, para caer en cuartos de final frente al argelino Oualid Bouaboub, recibiendo un wazari en las postrimerías del encuentro que le dejaron sin la posibilidad de disputar la semifinal con Aghayev. Buen campeonato del americano y sobre todo muy buenos apuntes de cara al futuro.
ESPAÑA: A nadie se le escapa que los resultados de nuestro equipo representativo no son lo que en un principio se puede esperar de un país con la tradición y la trayectoria como la que tiene España. Dos bronces, los dos ellos en la modalidad de kata nos dejan con mal sabor de boca a la conclusión de estos campeonatos mundiales.
El análisis que cabría hacer en una situación como ésta no es sencillo, no encuentro una única razón para el declive de nuestro equipo nacional y sí muchos aspectos en los que habría que incidir con el fin de revertir esta situación que viene de lejos y no atiende simplemente a un mal campeonato o un mal día.
Uno de los aspectos a tener en cuenta es el relevo generacional que se ha producido en la selección, la ausencia de referentes como Iván Leal, Óscar Vázquez, David Santana, Gloria Casanova, David Luque o César Castaño han dejado un vacío en el equipo muy difícil de cubrir. Ya le ocurrió algo similar a Francia en su momento y han sabido sobreponerse a ese enorme bache por el que atravesaron, prueba de ello son los resultados en este mundial que ya venían barruntando desde hace algún tiempo.
En el polo opuesto pondría al karate inglés que durante dos décadas triunfantes fueron referentes mundiales y tras la retirada de sus figuras han caído en un enorme agujero del que no han sabido salir y lo que es peor, no dan muestra de poder hacerlo.
Cogiendo como muestra a los franceses, evidentemente no a los ingleses, nos encontramos con un karate con unas características en cuanto a tradición e importancia en el panorama internacional similar al que ha ocupado España. Esta similitud en cuanto a importancia o palmarés, no es transferible en lo que a la composición de sus equipos se refiere, ya que la mezcla étnica que poseen los franceses le da un plus en cuanto al talento atlético que en España de momento no tenemos. No es nada extraño ver al equipo francés plagado de atletas de color o de orígen magrebí en sus filas.
Como decía, si observamos el trabajo realizado por los franceses, referentes principales hoy día junto a los turcos, vemos que tras un periplo triunfal en el que dominaron, llegó su declive coincidiendo varios aspectos a tener en cuenta. El primero de ellos el anteriormente comentado de la retirada de sus deportistas franquicia y el segundo fue la aparición en escena de multitud de torneos internacionales a los que ellos en un principio no acudieron como por ejemplo la Golden League.
Años atrás los equipos nacionales acudían a los distintos torneos continentales y mundiales con la única preparación previa de sus entrenamientos internos y torneos locales. Prácticamente todo el mundo acudía a jugarse las medallas en las mismas condiciones y con las armas que su preparación y conocimientos les proporcionaban. En ese contexto las tendencias deportivas las marcaban las naciones de referencia, entre las que siempre ha estado Francia y por qué no decirlo también España, eran los países a seguir junto con los pioneros japoneses, los ingleses, en su momento Holanda y en menor medida los italianos.
Con la aparición de la Golden League el resto de países empezó a participar de esta iniciativa y a crear un grupo de trabajo común que con los años ha ido dando sus frutos. Viendo el éxito de la Liga de Oro la Federación Mundial ha decidido dar un paso adelante y crear la Premier League que tanto éxito ha tenido en las dos últimas temporadas.
Como respuesta a sus carencias en el terreno deportivo y viendo el progreso de aquellos países que participaban de esas iniciativas, la Federación Francesa decidió acudir en masa primero a la Golden para luego hacerlo a la Premier League.
Esta medida junto al trabajo interno con las categorías inferiores, con la absoluta en base a concentraciones periódicas, cursos de formación de sus técnicos y campeonatos de índole interna han llevado nuevamente al karate francés al lugar que merece por historia.
En mi opinión ese es el quid de la cuestión, todos los deportistas de primer nivel que están copando los podiums internacionales son asiduos en los eventos Open que se realizan por todo el mundo. Los atletas llegan a las grandes citas muy rodados, habituados a ese nivel de exigencia y mejor posicionados arbitralmente. No es lo mismo llegar a un mundial habiendo realizado tres o cuatro combates de nivel internacional y el resto con gente de inferior nivel, que habiendo combatido en treinta o treinta y cinco ocasiones con competidores de primerísima fila en esa misma temporada.
Cargar las tintas contra nuestros chicos o contra los técnicos me parece muy injusto, todos ellos poseen una calidad extraordinaria y no es que lo diga yo, es que ahí están sus respectivas trayectorias. Invito a los lectores a repasar el palmarés en categorías inferiores de la mayoría de ellos.
¿Qué es lo que ha pasado entonces?, pues en primer lugar lo que ya he expuesto anteriormente, necesitamos salir a competir fuera, esto es fundamental. Si queremos recuperar el sitio hay que hacerse un hueco previamente en la Premier League o en otro tipo de torneos internacionales para llegar con garantías a las grandes citas. Y en segundo lugar hay otro tema tan importante como éste, o me atrevería a decir que incluso más, la madre del cordero.
Si nos detenemos a ver un combate internacional de hoy día y lo comparamos con un combate realizado dentro de nuestras fronteras, nos encontramos con que podemos ver que hay diferencias sustanciales. En España prácticamente se ningunea el combate cuerpo a cuerpo mientras que internacionalmente ha cobrado tal importancia que sin esos recursos se hace prácticamente imposible conseguir estar en los puestos de privilegio.
Remontar un combate se hace una tarea prácticamente imposible cuando tu oponente, con el marcador en franquicia, comienza a agacharse y a evadir el combate, es en éste momento cuando las carencias de los nuestros se acentúan, las situaciones que se dan sistemáticamente de cuerpo a cuerpo son aprovechadas para sacar tajada por parte de nuestros rivales en forma de desequilibrios, proyecciones o pateando a la salida del agarre, es decir, para ir de tres en tres, mientras los nuestros se ven impotentes y sin recursos para sobreponerse a este tipo de situaciones.
¿Esto es solamente un problema de falta de entrenamiento?, creo que no, se puede entrenar y de hecho se está empezando a entrenar desde los gimnasios, el problema que tenemos es que a la hora de competir desde un campeonato autonómico a un nacional, este tipo de acciones no están permitidas por el arbitraje. Es de uso común ver como un competidor inicia un agarre y es o bien amonestado o el arbitro correspondiente detiene el combate no dejando continuar la acción. Eso en cuanto a los agarres en cuanto a las esquivas/agachada hasta hace bien poco hasta se penalizaba, ahora sinceramente no se cual es el criterio seguido porque ya ando despistado con tanto cambio.
Otro punto que llama la atención es el nivel de exigencia a la hora de conceder punto, fuera de nuestras fronteras ese listón es ostensiblemente más bajo, insto de nuevo a mis lectores a que observen combates de este mundial para que puedan comprobar como se conceden técnicas medio saltando con el brazo adelantado o acciones de pierna medio desequilibradas, eso en España es impensable que te lo concedan.
No quiero decir con esto que sea mejor ni peor, ese no es el debate, lo que quiero decir que a quien se perjudica es nuestros deportistas que tienen dos baremos por los que regirse y cuando salen fuera de nuestras fronteras sufren las consecuencias.
En conclusión el filtro para poder acceder al equipo nacional es muy fuerte y para ello hay que competir y entrenar en base a ese tipo de combate con el que te vas a encontrar, eso significa estar preparándote durante casi todo el año con un sistema para luego tener que cambiar un mes antes con vistas a lo que te vas a encontrar en un europeo o un mundial.
No hablo sólo del equipo nacional, este problema se acentúa si tenemos en cuenta que nuestra base está formándose con vistas al futuro en base a un sistema que no es el que se emplea en el exterior, mientras en otros países entrenan, compiten y sienten acordes a esa idea imperante. El entrenador de a pie, entre los que me incluyo, estamos formando competidores inadaptados a la situación internacional actual.
Con esto no pretendo hacer una crítica sino una reflexión siempre bajo mi punto de vista y fundamentada en laz observación. No quiero decir que me guste más un sistema u otro, simplemente que hay que adaptarse unas tendencias y si no lo haces corres el riesgo de que pase lo que está pasando, que te vayas alejando paulatinamente del camino que sigue el resto.
Para terminar quiero felicitar a todos los componentes de nuestro equipo nacional (Fernando Moreno, Jagoba Vizuete, Enrique Lezcano, Javier Badas, Manuel Rasero, Oscar Martínez, Ricardo Barbero, Irene Colomar, Cristina Vizcaíno, Cristina Feo, Laura Palacio, Marta Armentia, Gema Alias, Damián Quintero, Fernando San José y Fran Salazar) por el gran papel realizado, a pesar de que en apariencia los resultados no lo reflejen. Enhorabuena a nuestras chicas de katas por su medalla de bronce (Yaiza, Margarita y Sonia), a Yaiza por partida doble y sobre todo por consolidarse entre las mejores del mundo en su especialidad.
Un aparte quiero hacer para el equipo de katas masculino y para Damián Quintero, de los que hay que decir que tienen crédito suficiente para fallar en un campeonato y volver sin medalla, ya que siempre están dando la cara. En esta ocasión un proceso gripal de última hora dejó a Damián mermado de condiciones tanto en individual como equipos, algo que pudo ser determinante en su rendimiento. Aún así repito son un equipo con aval suficiente para seguir confiando en ellos.
En cuanto al equipo de kumite femenino que a pesar de no obtener medalla tuvieron una meritoria actuación. Tras pasar libres en primera ronda vencieron a Kazakhstan y al poderoso equipo de Bosnia Herzegovina, para ser derrotadas por Japón en cuartos de final. El derecho a repesca se esfumó cuando las niponas sucumbieron frente al equipo de Croacia.
Mención especial quiero hacer también a la catalana Cristina Feo que en este torneo anunció su retirada del equipo nacional, tras haber dado grandes momentos de gloria a nuestro país. Una gran deportista y un referente que se despide dejando tras de sí una estela de triunfos y vivencias que servirán como ejemplo a aquellas que le tomen el relevo.
Por último y para acabar me dejo a mi Laura Palacio, en su primer mundial senior y aunque ella no lo sienta así debe irse con el orgullo de haber hecho las cosas bien hechas y sobre todo de haberse dejado el alma representando a su país. Sus ansias de darlo todo le jugaron una mala pasada en el individual, en la que cayó en un ajustadísimo combate ante la egipcia por 2 a 1, para luego asentarse y más tranquilamente hacer un gran campeonato por equipos ganando todos sus combates. Balance positivo no sólo en lo deportivo sino en el apartado experiencial que desembocarán estoy seguro en resultados de primer nivel en un futuro no muy lejano.
¡¡¡¡¡ORGULLOSO DE TI!!!!!!