CON RIKA USAMI
CON EL CAMPEONÍSIMO ALEXANDER BIAMONTI
CON KAZUYO INOUE
CON RIMI KAJIKAWA
Cuando aún no se han apagado los ecos del extraordinario Open de París 2012, todavía tengo en la retina algunos momentos imborrables de ésta mi primera experiencia en el mejor torneo del mundo. Con todo el nerviosismo y la maleta cargada de ilusiones puse rumbo a Madrid el pasado jueves 12 donde habría de encontrarme con el resto de la pequeña expedición que conformaríamos para ir a la capital de Francia.
Los días previos resultaron de mucha tensión debido al tema del papeleo y la típica burocracia federativa siempre espesa a la vez que ineficaz, a pesar de todo desde aquí quiero dar las gracias a Susana, secretaria de la Federación Española sin cuya comprensión y ayuda nos habríamos quedado fuera de la competencia, si hubiera dependido de nuestras instancias locales nos presentamos en París con cara de tontos para hacer turismo o como simples espectadores al no contar con la documentación necesaria, en definitiva lamentable...pero obviaré este apartado que creo que a nadie importa.La expedición canario- madrileña estaría formada por Cathaysa Barroso, Laura Palacio, Cristian Hernández, David Santana y quien esto escribe.
La mañana siguiente sería la de la partida hacia París, a primerísima hora con los ojos aún pegados, nos subimos en distintos aviones rumbo a la que durante este fin de semana sería capital del karate mundial, una vez en tierras francesas y con gran celeridad nos encaminamos hacia el hotel oficial con la intención de obtener las pertinentes acreditaciones, no sin antes pasarnos por el escenario de la competición, el conocido Stade de Coubertain que a esas horas todavía se encontraba en pleno proceso de montaje. El hotel oficial era un hervidero de deportistas, entrenadores y personal de la organización; innumerables campeones del Mundo, de Europa, Panamericanos, Asiáticos y de toda índole formalizaban su participación ante nuestros atentos ojos. Sin incidencia alguna en la obtención de la documentación y del pesaje , mucho más relajados y sabiéndonos ya parte del campeonato, comimos algo e hicimos algo de turismo bajo un frío terrorífico en una de las ciudades con mayor atractivo turístico que puede uno visitar, Montmartre el Moulin Rouge y poco más fueron las zonas de interés pateadas hasta que el clima hostil hizo mella en nuestros poco acostumbrados cuerpos, entre tiritonas y cansancio nos fuimos a velar armas para la cita del día siguiente.
El campeonato propiamente dicho dió comienzo la mañana del sábado sobre las 9:00 con la categoría de kata masculino que ocuparía cuatro de los cinco tatamis dispuestos, por uno femenino justo en el tatami central, el elenco de deportistas excepcional destacando de entre todos ellos la presencia del campeón del mundo Antonio Díaz, del italiano Luca Brancaleón o del inglés Jonathan Mottram, es en ésta categoría donde hubo ausencias más notables como la del campeón italiano Luca Valdesi, del japonés Itaru Oki, el francés Dack o alguno de los españoles más destacados como San José o Damián Quintero situados entre los mejores exponentes mundiales de la categoría. Las eliminatorias se fueron sucediendo con algunas sorpresas como la eliminación en primera ronda de Brancaleón a manos del local Yoann Eyraud, uno de los que mejor impresión me causó, a la postre triplete venezolano a cargo de Díaz, Cleiver Casanova y Miguel Galindo en una competencia que en honor a la verdad me decepcionó un poco, no me convenció Díaz en ninguna de sus intervenciones y el resto en un tono gris eso sí, con una puesta a punto física enorme por parte de todos los atletas, muy bien Casanova en mi opinión el mejor del campeonato.
La categoría femenina sería muchísimo más entretenida, con unos enfrentamientos de altísima calidad, desde el principio eliminatorias de primer nivel como la que protagonizaron Yaiza Martín y la francesa Sandy Scordo ambas campeonas de Europa y que el sorteo emparejó en primera ronda, el cuatro a uno para la competidora local no refleja la enorme igualdad del enfrentamiento, buen Sepai de Yaiza y buen Kanku Dai de la francesa. Otras tres españolas fueron de la partida, dos de ellas corrieron mejor suerte como la manchega Sandra Sánchez que hizo un campeonato memorable, dejando en la cuneta a rivales de gran fuste como la egipcia Sara Assem, Erika Hrusecka o la campeona del mundo la venezolana Yohana Sánchez, e incluso cayendo ante la nipona Kazuyo Inoue por un apretado 3 a 2, su quinto puesto es de un mérito enorme habida cuenta del gran nivel de sus oponentes.
Por el otro lado del cuadro estaba nuestra Cathaysa Barroso que por segundo año consecutivo firma un campeonato impresionante en el Open parisino, Cathy abrió su participación frente a la germana Franciska Kurz venciéndola por 3-2 (Sepai contra Sepai), en segunda vuelta tuvo como rival a la griega campeona del Mundo junior Sofía Livitsanou, el Chatanyara de Cathy se impondría por tres banderas a dos al Suparinpei de su amiga Sofía, el mayor premio para ella vendría en la tercera ronda donde se emparejaría con la estrella del momento la japonesa Rika Usami una auténtica maravilla que dejó boquiabiertos a todos los que tuvimos la suerte de poder verla en cada una de sus intervenciones, la victoria de la japonesa mandaría a la canaria a la repesca donde vencería a la mejicana Michelle Torres por 3 a 2 (Annan contra Annan) para perder definitivamente con la italiana Sara Battaglia excampeona mundial que a la postre quedaría fuera del podium al ser batida por la tercera representante de Japón Rimi Kajikawa. Séptimo lugar para Cathaysa que comienza con muy buen pie el año codeándose con la élite mundial de tú a tú. La cuarta reresentante española fue Patricia Carmona Chaparro que caería en primera ronda ante Kajikawa sin opción a repesca. Así pues destacada participación española en kata femenino, donde tengo que reseñar el recital de las tres japonesas, a cual de las tres mejor, katas preciosos y precisos que hicieron las delicias de espectadores, competidores y árbitros, el nivel del kata japonés femenino hoy día está a años luz del resto, aunque en honor a la verdad siempre lo ha estado, éstas son las tres escogidas para participar en este torneo pero tienen al menos otras cinco o seis de un nivel muy similar que de haber competido habrían obtenido los mismos resultados, como Fumi Sakai, Yoko Kimura, Hikaru Ohnno y un elenco interminable de grandes kateras de una cantera inagotable.
En cuanto a la modalidad de kumite reseñar el altísimo nivel fundamentalmente físico de los atletas, todos y cada uno de los pesos estaban plagados de grandes campeones, con muy pocas ausencias de las figuras más relevantes, pero lo más destacable es el gran nivel medio de todos los competidores. Como siempre la figura del azerí Rafael Aghayev destacó por encima del resto, una vez más y van... dió un recital que no pasa desapercibido a nadie, incluso a sus detractores, es un competidor que levanta pasiones tanto en lo positivo como en lo negativo, pero lo cierto es que es por méritos propios el mejor competidor de la actualidad y probablemente ya lo sea de la historia también. Muchos le critican sus formas, pero éstas forman parte de su forma de hacer, lo mismo le da que sea delante de un bosnio de dos metros en un campeonato cualquiera, que sea uno de 170, o que su rival sea el mismísimo Maniscalco en la semifinal de un campeonato del Mundo, él siempre actúa de la misma manera. En mi opinión su aparición es escena ha sido una bendición para el karate deportivo, el público tanto entendido como el no entendido muestra su agrado en todas sus intervenciones, la aparición de éste fenómeno del tatami ha supuesto una revolución en la forma de combatir. En esta ocasión no lo tuvo nada fácil y muchos de sus combates los saldó con dificultades pero siempre con brillantez, uno tras uno se deshizo de sus rivales hasta plantarse en la final ante el marroquí afincado en España Nizar Halim al cual tuvo que remontarle un cuatro a cero inicial. Uno de los enfrentamientos más esperados era frente al ucraniano Stanislav Horuna, una de las estrellas emergentes del panorama internacional, pero éste último que estaba arrasando en sus combates previos perdió contra pronóstico en el combate anterior al que tendría que enfrentarle a un Aghayev que veía con cara de preocupación los combates del ucraniano, ojo con este joven karateka porque dará mucho que hablar en el futuro.
En cuanto a los españoles destacar la medalla de bronce obtenida por Cristina Ferrer en -61 kg que tras ser batida en primera vuelta por la francesa Lolita Dona, alcanzaría el metal tras superar todos sus enfrentamientos de repesca.
Muy bien también la madrileña Laura Palacio que en su división de -68 kg tuvo una meritoria paricicipación tras superar en primera ronda a la francesa Jessica Narou por un contundente 6 a 0 con ippon de ura mawashi en anticipación incluído, a Irene Vannucci de San Marino en el segundo combate por otro rotundo 4 a 0 y a la alemana Emer Dorothea en el tercero por 2 a 0, sería la turca Burucu la que la apearía de la semifinal al derrotarla en el cuarto combate por 2 a 0 y la que a su vez la dejara sin opción a medalla tras perder en semis inexplicablemente con la rusa Inga Sherozia. En resumen, gran actuación de Laura que tras la lesión sufrida mes y medio atrás en el mundial de clubes de Estambul no ha podido entrenarse con normalidad, a pesar de lo cual dio la cara en todo momento mostrando buenas maneras para encarar la temporada venidera y una forma ascendente.
En cuanto al grancanario Cristian Hernández decir que no tuvo demasiada suerte teniendo que enfrentarse en primera ronda con el campeón francés William Rolle, un rival de una calidad enorme que no sólo le venciera sino que en una de las primeras acciones del combate le derribó sin excesivo control provocándole la caída un dolor en el pecho que le dejaría bastante tocado el resto del combate y de la competición, hasta el punto de no poder pelear la repesca por las molestias.
A la conclusión del campeonato nos dedicamos nuevamente al turismo en un alarde de valentía dado el frío reinante, la torre Eiffel fue testigo de nuestras tiritonas, moquillo constante y bailecitos ridículos para conseguir mantener el calor corporal, tras las fotos de rigor y las risas correspondientes pusimos punto final a una experiencia que en mi caso no olvidaré, maravilloso campeonato y magníficas vivencias en lo personal. Sólo un único deseo...REPETIRLO EN EL 2013
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