jueves, 14 de noviembre de 2013

CAMPEONATO DEL MUNDO CADETE JUNIOR Y SUB 21 GUADALAJARA 2013













FOTOS JKFAN, SERGIO MARTÍNEZ






Tras un reposo físico y mental de unos días, la consiguiente reflexión acerca del reciente campeonato del mundo se presenta con mayor claridad y sobre todo con menor euforia que la que nos envuelve durante el transcurso del torneo. Cuando todas las delegaciones reposan en sus lugares de origen, es cuando surge la necesidad de valorar y en muchos casos ponderar la actuación de los jóvenes atletas, que durante cuatro jornadas de competición se entregaron con entusiasmo en pos de las preciadas medallas a las que sólo acceden unos pocos.

Varios son los puntos que quiero tocar en este artículo de opinión pero comenzaré destacando el papel absolutamente dictatorial de Japón en la modalidad de katas, de los seis oros individuales en juego consiguieron el pleno, aunque no es el dato numérico lo más destacable sino la gran diferencia que mostraron en el tatami con respecto a todos sus rivales.
A día de hoy están a un nivel inalcanzable, unos cuantos escalones por encima del resto, su superioridad técnica queda de manifiesto principalmente en los acabados de sus movimientos en los que dan muchísima importancia a la relajación tras la contracción, lo que les da una sensación de naturalidad muy del gusto arbitral, además de optimizar sus recursos físicos a través de este concepto que les permite explotar al máximo sus cualidades atléticas con un menor esfuerzo.
Difícilmente veremos a un japonés acabar un kata jadeando o descompuesto por el cansancio y no es por una mejor preparación, sino por este concepto básico que es obviado por la mayoría de los competidores.



 Otro de los parámetros técnicos en los que creo que marcan diferencias es en el recorrido de las técnicas, en el que no descomponen la figura, realizando el gesto técnico de manera completa o al menos más correcto que el resto de atletas, siempre con una postura de hombros y cuello correcta, acompañado por una expresión facial muy natural, al igual una respiración con muy poca o nula sonoridad y un trabajo de cadera que a día de hoy les hace inalcanzables.

A su superioridad técnica patente durante muchos años han añadido en los últimos tiempos el componente físico, hoy día el competidor de kata japonés es un competidor veloz y bastante potente, acentuado este último dato con un control final de la técnica exquisito, lo que multiplica esa sensación final de potencia.
Hasta aquí he hablado de sus excelencias pero también podríamos poner en el apartado negativo algunas trampillas que a ellos se les permite pero a otros les penaliza. Hace algún tiempo que se ha puesto de moda por parte del país nipón el golpearse, bien en los costados bien en los brazos, para dar mayor sensación de fuerza.  Prescindiendo casi totalmente de la respiración sonora, han utilizado este método para suplir lo que otros consiguen haciendo ruido a través de una expiración excesiva.
Han creado todo un sistema perfeccionado en el que es difícil adivinar en que momento del gesto técnico se golpean, ya que no lo realizan en la fase final del movimiento sino durante el recorrido del mismo.
Supongo que con el transcurrir de los años esto será tenido en cuenta y penalizado, pero a día de hoy les está dando muy buenos réditos, ya que aunque otros intentan copiarlo no llegan a conseguir imitarlo de manera eficaz, hasta en eso son mejores que el resto.

La supremacía que mostraron cada uno de sus componentes fue manifiesta y tan sólo se vio en entredicho en la final de kata sub 21, en la que el japonés Kubo pese a mostrarse como el mejor a lo largo de toda la competición con mucha solvencia, vio como su victoria ante el francés Monarello fue muy cuestionada por el público. El Gankaku del francés pese a ser técnicamente inferior, tuvo mucho mayor riesgo que el Sanseiru del nipón, un kata mucho más sencillo y que en mi opinión no está a la altura de una final, a pesar de ejecutarlo magníficamente creo que el 3-2 que reflejó el marcador no hizo justicia con lo visto en la final.

Mención aparte quiero hacer de Kiyou Shimizu, que hizo las delicias del público en cada una de sus intervenciones. La joven karateka se postula como el relevo de la gran Rika Usami, sin llegar a la excelencia de ésta, guarda muchas similitudes en su forma de trabajar y a buen seguro será la representante nipona en el próximo mundial de Bremen el año que viene, siempre con el permiso de Rimi Kajikawa, la otra alternativa.



En cuanto a los españoles decir que se mostraron en un nivel muy competitivo, tras el equipo nipón consiguieron erigirse en la segunda potencia mundial en estas categorías de base. Con un sello propio, los kateros españoles tuvieron una meritoria actuación, destacando por encima del resto el andaluz Antonio García que se colgó nada menos que dos medallas de plata, tanto en individual como en equipos.
Con un bagaje de cinco medallas concluyó el equipo nacional de kata, junto a las dos anteriormente citadas hay que añadir los bronces de Xabier Pereda Elorduy en kata cadete y de Raquel Roy en cadete femenino y el oro del equipo femenino cadete y junior.



 Cambiando de tercio, en la modalidad de kumite a modo de resumen y a bote pronto, diría que el nivel fue sencillamente espectacular, al contrario que en katas en donde creo que el nivel ha experimentado un estancamiento o incluso diría que una involución, en kumite he apreciado una evolución notable no sólo en el aspecto atlético de los deportistas sino en la propia forma de combatir. Apoyados en un arbitraje en el que el listón de exigencia se ha colocado bastante bajo, los jóvenes karatekas nos han obsequiado con combates plenos de acciones espectaculares que eran premiadas por un equipo arbitral que daba prioridad a la acción por encima de la calidad en la ejecución.

Sin datos estadísticos en la mano, me atrevería a decir que ha sido el campeonato del mundo donde más técnicas de pierna se han visto, no sólo en cuanto a la intención sino en cuanto a la eficacia. El repertorio pateador ha sido de primer nivel, destacando por encima de todas las técnicas el ura mawashi geri, los hemos visto de todos los colores y en todas las situaciones posibles, saliendo de agarre, en anticipación, en tiempo muerto, en contra posterior...



Otro de los aspectos a destacar es la utilización del kizami tsuki como la técnica de puño por excelencia, de unos años a esta parte el brazo adelantado ha sustituído al gyaku tsuki como la acción de brazo prioritaria. Especialistas y no tan especialistas en esta técnica, en especial aquellos competidores longilíneos, han hecho uso y abuso de ella, respaldados como decíamos antes en un arbitraje que premia una y otra vez este tipo de acciones.

El combate de hoy día premia al competidor con una gran movilidad multidireccional, deportistas con grandes cualidades físicas y que tienen en la continuidad de acciones una de sus características principales. Con el transcurso de los años y la evolución del reglamento han cobrado especial importancia las acciones de ippon y con ellas la utilización de otra distancia que antaño se obviaba como es el cuerpo a cuerpo. Los desequilibrios, proyecciones y salidas de agarre pateando, son una parte fundamental del combate moderno y el que no lo domina difícilmente podrá estar en los lugares de privilegio.
Situaciones comprometidas o con marcador adverso suelen propiciar numerosos encuentros en el cuerpo a cuerpo, en ocasiones de manera espontánea y en otras muchas ocasiones buscados intencionadamente con el fin de superar a un oponente esquivo o huidizo al cual se hace muy difícil puntuar si no es por medio de esta suerte.



En este contexto el equipo que mejor se ha adaptado a las circunstancias sin duda alguna ha sido Egipto, el equipo africano primero en el medallero colocó nada menos que a nueve de sus representantes en finales, consiguiendo el oro en todas ellas. El nivel creciente que vienen demostrando los egipcios en el último lustro ha tenido su punto culminante en este campeonato del mundo, eran los rivales a batir en todas las categorías y pesos, tan sólo franceses y turcos han podido rivalizar con ellos en el medallero de kumite.
La buena salud que demuestran en estas categorías nos auguran un futuro como dominadores en el panorama absoluto de aquí a unos pocos años, aunque hace algún tiempo ya que están entre los mejores también en categoría senior.

Junto a Egipto ha brillado con luz propia Francia, tras el exitoso mundial absoluto de París del año pasado, han refrendado el gran trabajo que vienen realizando desde hace años con otra gran actuación, en este caso en categorías inferiores. Los franceses al igual que Japón han sabido reconducir un rumbo que hace unos años les mantenía alejados de los lugares de privilegio, para colocarse nuevamente a la vanguardia del karate mundial como han hecho a lo largo de la historia de este deporte.

Si tuviera que dar un nombre propio destacado en este campeonato me decantaría por el galo Marvin Garin, su victoria en categoría sub 21 de -68 kilos nos dejó la impronta de un competidor con hechuras de senior y con una proyección que en poco tiempo le instalará entre los grandes de su categoría a nivel absoluto.



 El balance de tres medallas de nuestro combinado nacional, no es reflejo del gran trabajo realizado por nuestros jóvenes deportistas. Parece que se ha conseguido revertir la tendencia negativa de los últimos años en la que los nuestros parecían estar fuera de onda, la adaptación ha sido total a diferencia de otras ocasiones en las que no se encontraban soluciones para una manera de combatir y de arbitrar muy distinta a la que se realiza dentro de nuestras fronteras. En este torneo independientemente del resultado, vimos a los chavales competir de igual a igual con sus homónimos utilizando sus mismas armas y sobre todo entendiendo el espíritu y las maneras de esta peculiar forma de combatir.



Las medallas de bronce de Raúl Cuerva y María Torres fueron el preludio del emocionante colofón que supuso la medalla de oro de Alejandro Molina, que tras unas grandísimas eliminatorias consiguió imponerse en la final al argelino Aimen haciendo sonar el himno español en el Multiusos de Guadalajara.




En definitiva gran campeonato del mundo el que tuvimos la suerte de presenciar, que nos deja un muy buen sabor de boca al karate nacional para afrontar el futuro con esperanza.





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