De no ser por la sombra alargada del genio de Baku Rafael Aghayev, seguramente la figura de Douglas Brose hubiera cobrado mayor relevancia en la última década como gran dominador del panorama internacional.
Todo un icono de la competición actual, el brasileño optará a su quinto podium consecutivo en un mundial en otras tantas participaciones tras sus cuatro metales en las ediciones precedentes (bronce en Tokyo 2008, oro en Belgrado 2010, plata en París 2012 y oro en Bremen 2014).
Sencillamente espectacular la carta de presentación de Douglas, que como es costumbre en él llega a la recta final de la preparación con una puesta a punto fenomenal. Su actuación de hace pocas fechas en Hamburgo donde obtuvo el primer puesto, le sitúan en la poole position, (haciendo un símil automovilístico), entre los favoritos una vez más, a las puertas del inicio del campeonato mundial.
Podríamos hablar mucho y muy bien del brasileño pero me quedo con la capacidad competitiva que muestra en los eventos de mayor calibre mostrando la mejor versión de sí mismo. En las citas importantes es cuando Douglas desarrolla sus mejores prestaciones, siendo los encuentros decisivos o de mayor dificultad en los que vemos al Brose más determinante. Allá donde la mayoría fracasa, se le encoge el brazo o las dudas le atenazan, es cuando el brasileño suele salir airoso con rotunda brillantez, algo que en mi opinión le identifica como competidor.
Tácticamente es un competidor impecable, con una capacidad creativa por encima de la media, a lo que une una depurada técnica competitiva que le permite dominar diferentes situaciones, distancias y espacios dado el amplio arsenal de que dispone. Todo esto unido a una punta de velocidad envidiable hacen de él lo que es, un auténtico fuera de serie.
En pocas fechas tendremos a Douglas en Linz con el firme propósito de aumentar su leyenda luchando por alcanzar su tercer entorchado en la categoría de superligeros, algo a lo que nadie a día de hoy a podido acceder, y de esta manera superar a otros grandes de siempre como nuestro gran campeón David Luque (Sun City 1996 y Río de Janeiro 1998), o el francés Damien Dovy ambos con dos coronas mundiales, dándose el curioso dato de que este último lo consiguiera representando a Francia en Kuala Lumpur 1994 y a Benin en Madrid 2002.
Junto al brasileño y a un nivel muy parejo situaría a otro fenómeno del tatami como es Matías Gómez. Matías ya sabe lo que es vencer al campeón mundial, como hiciera con autoridad en el Stade de Coubertain este mismo año durante el transcurso del Open de París. Tan sólo el infortunio ha alejado al español de su objetivo en el pasado, como la lesión que sufriera en los meses previos al mundial de París 2012 año en el que venía de ser brillante campeón de Europa en Tenerife, mostrando un estado de forma óptimo y que nos hacía albergar esperanzas de optar a lo máximo. Una inoportuna lesión que le hizo pasar por el quirófano dejó en un compás de espera ese título que muchos auguran desde hace años y que bien podría suceder en la ciudad de Linz.
Temporada impecable la que lleva el manchego, consiguiendo resultados excelentes, obtenidos asimismo de manera convincente, como ejemplo tomaré su medalla de oro en los europeos de Montpellier, o el oro mundial universitario que consiguiera en Braga en el mes de agosto como momentos más destacados.
Capaz de todo y de remontar combates imposibles con acciones inverosímiles Matías llega a este mundial en plena madurez deportiva y con un físico en plenitud de facultades. Con las mismas capacidades de antaño pero con un plus de veteranía que le llevan a gestionar los combates de forma magistral, le veo a un nivel que nunca antes le había visto por lo que su candidatura al oro es firme, al menos desde mi punto de vista.
Con un bronce a sus espaldas conseguido de manera épica frente al colombiano Andrés Rendón (Belgrado 2010), Matías a buen seguro y si la suerte le acompaña optará a mejorar este resultado. Ojalá que así sea y le veamos escuchando el himno el lo más alto del podium.
No les van a faltar rivales poderosos a ambos, uno que en mi opinión puede ser decisivo es el italiano Luca Maresca. Competidor incómodo donde los haya, con un estilo defensivo y dinámico, es capaz de desquiciar a cualquiera para en esos momentos de incertidumbre resolver las contiendas. Junto a esa gran capacidad defensiva une un potencial puntuador tremendo con la pierna la cual conecta desde situaciones inverosímiles, si además atendemos a su notable envergadura para la categoría en que milita, nos encontramos con un atleta con una posibilidades enormes y al que nadie quiere encontrarse en su camino.
Pasada aquella primera época en la que Luca irrumpió de manera sorpresiva en la categoría senior, el transalpino es a día de hoy toda una realidad y sin duda uno de los mejores de su categoría, veremos de que es capaz.
Desde Azerbayán llega Firdovsi Farzaliyev, otro hombre espigado que inexplicablemente para aquellos que no llegamos al metro setenta y lucimos unos orondos setenta kilogramos, consiguen un año tras otro doblegar a la báscula para situarse por debajo de los sesenta kilos. Correoso, duro y como decía con gran envergadura, lleva un tiempo cosechando muy buenos resultados. Actual campeón de los Juegos Europeos es como todos los atletas azerbayanos un hombre con muy buenas cualidades tanto ofensivas como defensivas y que compiten con una determinación envidiable.
No podía faltar en mi selección de favoritos el veterano Geoffrey Berens, tras una dilatada carrera en la que ha alternado momentos buenos con otros no tan destacados, eso sí siendo siempre competitivo, alcanzó su mejor resultado en el pasado mundial de Bremen en el que se coló en la final que finalmente perdería frente a Brose, pero que no le resta ni un ápice de mérito a la excelsa actuación que tuvo. No se trata de un competidor espectacular ni mucho menos, la base de su éxito radica en no cometer errores, buscando la situación y sobre todo el momento más propicio para puntuar, en los que sus rivales tengan menor espacio temporal para la maniobra. Excelente la selección del momento y sobre todo el control defensivo que realiza de los combates.
Uno de los hombres a batir en los últimos años ha sido el iraní Amir Mehdizadeh, campeón en 2012 en el que exhibió un nivel de muchos kilates, tuvo que conformarse con el bronce dos años después en Bremen tras caer con el holandés Berens, el cual evitó lo que hubiera sido la repetición de la finalísima de París frente a Douglas Brose. Lejos de quedar eclipsado por su antecesor en su país natal, Rohuani, Amir ha sabido recoger el testigo que le dejase el otrora campeón mundial hasta convertirse en un valor seguro en el medallero para su país. No es un hombre que se prodigue en exceso durante el transcurso de la temporada pero sí que en los grandes eventos muestra su mejor cara. Como siempre uno de los nombres a subrayar en la composición de las pooles.
Sin un palmarés tan estelar en su haber como el de otros, pero con una propuesta competitiva de lo más espectacular, me gustaría señalar a Evgeny Plakhutin como uno de los que podría dar la sorpresa apeando a aquellos que están en el punto de mira de todos para de esta manera colarse en los puestos de honor. El ruso bronce en Bremen 2014, muy similar no sólo en cuanto a su biotipo (hombre de corta estatura) sino en cuanto a su vistosa manera de evolucionar dentro del tatami, a otro compatriota suyo contemporáneo de David Luque, cuyo belicoso nombre y estilo quedaron grabados en mi memoria y en mi retina, el singular Yuri Kalashnnikov.
Atención a Plakhutin porque puede dar mucho que hablar, en mayor medida si cabe si tenemos en cuenta que puede ser uno de los “tapados”, puesto que no es de los más mediáticos de su categoría.
De entre los competidores con mayor talento destacaría al turco Aykut Kaya, al inicio de los campeonatos es uno de los hombres tenidos en cuenta por casi todos para aspirar a lo máximo, pero en la mayoría de los casos suele quedarse a mitad de camino entre el resultado que se espera de él y las prestaciones que es capaz de desarrollar casi siempre por debajo de lo que cabría esperar de su enorme potencial. Su principal cualidad es la facilidad que tiene para ejecutar técnicas de pierna aunque en honor a la verdad hay que decir que en muchas ocasiones lo utiliza como arma intimidatoria para entrar en la distancia del rival, o incluso como argumento defensivo activo, más que como arma puntuadora ya que la rentabilidad entre la cantidad de acciones y la productividad de las mismas en el marcador no es especialmente sobresaliente.
No obstante y pese a las dudas que me genera su rendimiento es un hombre capaz de lo máximo si logra encontrar el equilibrio entre el aspecto táctico que opino que es su punto más débil, el aspecto emocional que muchas veces le juega malas pasadas y sus potencialidades físico-técnicas.
Hasta aquí los que podríamos llamar aspirantes a todo, siempre repito bajo mi criterio, pero sin olvidarnos por supuesto de otros competidores de enorme talla que bien podrían desplazar a los anteriormente analizados de la carrera por las medallas. Algunos atletas como el correoso georgiano David Tkebuchava, el belga Michael Dasoul, el francés Sofiane Aghoudil, el subcampeón del mundo 2008 Darkhan Assadilov (Kazajistán), el serbio Marko Antic, el japonés Eiki Onishi, el egipcio Malek Salama, o el húngaro Dome Szegedi a buen seguro jugarán un papel decisivo en el torneo, en que cuantía... lo comprobaremos en escasas fechas.
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